Casa R-V

Desde el exterior la composición despierta toda la curiosidad posible e invita a un recorrido que se sugiere como alucinante.

 

El acceso nos permite ingresar a un gran espacio de estar, pero no de estar quietos, sino más bien en el absoluto movimiento al que las formas inclinan.

Son dos los grandes lugares. El de la vivienda familiar y el de los espacios sociales. Una cubierta plana los enlaza y separa a la vez.

El nivel de acceso muestra volúmenes disruptivos que sostienen una forma totalmente pura y de baja expresividad. En planta baja se desarrollan todas las actividades diarias y en el anonimato del volumen alto las más íntimas. Sólo la suite relacionada con los jardines y la absoluta intimidad rompe intencionalmente este esquema.

Es el nivel de subsuelo el que alberga la intimidad del esparcimiento que puede ser familiar o de amigos. Allí una piscina da todo y ofrece una estadía más que agradable. Cava, sauna, juegos y otros placeres comprometen a cada uno de los sentidos, en intimidad o compartidos.

 

Escasa y pensada variedad de materiales. El hormigón, la madera, el vidrio y las pieles conforman todos y cada uno de los espacios.